Estos dispositivos permiten reducir el estrés de manera que aumenta nuestro rendimiento y reduce la sudoración, ayudándonos a mantenernos hidratados al tiempo que hace disminuir el riesgo de bajada de tensión o agotamiento asociado al calor.
De este modo podemos encontrar aire acondicionado en nuestras oficinas, fábricas, centros comerciales… Estos elementos deben contar con un mantenimiento periódico, no solo para su correcto funcionamiento, sino también para prevenir la trasmisión de enfermedades. Los aires acondicionados nos permiten disfrutar del verano evitando las consecuencias del calor, sin embargo, si estos no cuentan con una correcta limpieza, pueden tener graves efectos en nuestra salud.
Sin la limpieza óptima estos dispositivos pueden transportar una gran cantidad de virus y agentes patógenos que causan daños a nuestro sistema respiratorio. Las bacterias más comunes en aires acondicionados son legionela neumonía… Estas actúan en nuestro organismo provocando fiebre alta y neumonía, creando, en muchas ocasiones, resistencia a los antibióticos.
Además de las bacterias, la falta de limpieza en estos dispositivos puede provocar la proliferación de hongos y provocar rinitis, asma o alveolitis.